En pleno corazón de Vejer de la Frontera, en la calle Corredera, se esconde un secreto bien guardado: Narea. Desde su terraza, uno puede dejarse llevar por el bullicio sosegado del pueblo, ese vaivén de paseantes que se funde con el murmullo de las copas y el tintineo de los cubiertos. En el interior, un jardín en el balcón ofrece una visión distinta, más íntima, como si el tiempo se detuviera entre luces tenues y el aroma a brasas y especias.

terraza restaurante narea

Narea no siempre estuvo aquí. Jaime y Alejandra, sus capitanes, lo trajeron desde Sanlúcar hasta Vejer en marzo de 2024, insuflándole un aire nuevo, fresco, pero con el poso de las buenas historias. No llegaron solos: en sus manos traían un bagaje culinario que se nutre de Italia, Argentina y Andalucía, una fusión que no solo rememora sus raíces, sino que también habla de cada ciudad y cada cocina por las que han pasado. No es casualidad que nombres como Dabiz Muñoz, Diego Gallegos (el chef del caviar), Ramón Freixa o el grupo Triciclo aparezcan entre los fogones que han marcado su camino.

La carta no es extensa, pero sí precisa, afinada al milímetro para que cada plato tenga su propio relato. Se percibe la intención en cada detalle: desde el aperitivo (tres euros por persona), que llega a la mesa como un preámbulo elegante, hasta los platos principales, donde cada bocado es una pequeña revelación. La ensaladilla con tartar de langostinos al ajillo es un guiño a la tradición con un golpe de atrevimiento. La raya en manteca colorá nos devuelve a los sabores de antaño, esos que huelen a casa. La ensaladilla con alioli de ajo negro y encurtidos juega en el filo de lo familiar y lo inesperado. Pero si hay dos platos que se quedan grabados en el paladar, son el canelón de pollo de corral con salsa de queso taleggio, untuoso y reconfortante, y la presa ibérica al amontillado con apionabo y azafrán, donde la intensidad del vino abraza la ternura de la carne en una danza perfecta.

aperitivo restaurante narea
ensaladilla restaurante narea
Raya en manteca colorá restaurante narea
Canelón de pollo de corral restaurante narea
presa ibérica amontillado restaurante narea

En Narea no hay prisas. La cocina se abre solo para las cenas, de 20:00 a 23:30, excepto los martes, cuando el restaurante duerme. No hay servicio de comidas, pero el brunch de jueves a domingo (de 10:00 a 13:00) es una invitación a empezar el día con calma, entre un café bien tirado y una carta que promete sorpresas.

Narea no es solo un restaurante. Es una conversación entre la memoria y el futuro, un cruce de caminos donde cada plato tiene algo que decir.